Se nos presentaban por delante cuatro días intensos de fotografía, buscando además tiempo para disfrutar del turismo y la gastronomía. Así que había que aprovechar bien el tiempo y planificar algunas visitas fotográficas de obligado cumplimiento.

Para abrir boca e ir calentando las cámaras, una primera visita nocturna a Bilbao para degustar unos pintxos y de paso hacer alguna foto urbana.

Aunque el objetivo principal eran los paisajes de costa y pese a que la época no era la mejor, el Hayedo de Otzarreta era visita obligada.

De las muchas playas a disposición para realizar fotografias de amaneceres y atardeceres, la playa de Zumaia era uno de los objetivos, más aún habiendo sido escenario de las llegadas a Roca Dragon en Juego de Tronos. Ademas era la excusa perfecta para alargar el día a San Sebastian y degustar unos pinchos.

De vuelta hacia Bilbao no podíamos dejar de hacer una visita los Flysch en la playa de Sakoneta. Escondida y dificil de encontrar, pero merecio la pena la aventura.

Como no podía ser de otra forma había que visitar «Roca Dragon» y afrontar la subida hasta la cima.

Se quedaron otras muchas cosas en el tintero, como la playa de Barrika que no la encontramos con el acceso cortado. Pero esa es la excusa perfecta para otro viaje.