Este ha sido un año malo para macrear. Aunque parecia un año prometedor con las lluvias del invierno y una primavera con los campos verdes y florecidos, luego resulto en un final de primavera muy seco y caluroso junto a un verano mas caluroso aun.

     Al final entre estas circunstancias climatologicas y otras de caracter social, ha sido un año en el que se han podido sumar muy pocas capturas macrofotograficas.

    No obstante, aun quedan bichitos por el campo y en estas fechas proliferan las libelulas: las ultimas del verano, aunque algunas aun volaran durante el principio del otoño.

    A primeras horas de la mañana, contando con que refresque, lo cual este año ha sido casi imposible por esta zona, nos las podemos encontrar dormitando entre las hierbas, casi a ras de suelo.

  

    Con las condiciones ideales de temperatura, a primeras horas de la mañana nos permiten acercamientos mas «intimos», limpiar un poco de hierbas el encuadre e, incluso, composiciones mas creativas.

 

    Aunque siempre quedaran las composiciones clasicas.

    Conforme avanza la mañana y va calentando el sol se van desprendiendo del rocio matinal y sus organismos suben de temperatura con lo que ya comienzan los primeros vuelos, el modo de posarse es distinto, con las alas extendidas y los posaderos son mas altos.